jueves, 27 de octubre de 2022

La vida es tuya, te pertenece, es de tu propiedad, entonces ¿qué esperas?, ¡sal y reclámala!


El liderazgo, el emprendedurismo y la motivación, desde mi punto de vista, tienen una sola base la cual es dejar de buscar responsables para nuestra situación, sea la que fuere, y comenzar a comprometernos al cien con nuestro proyecto de vida.

 

Quero comenzar este tema con una dinámica que hago en mis talleres y conferencias de liderazgo, emprendedurismo y motivación: escribe o piensa en dos o tres cosas que hubieses querido lograr y que a la fecha no lo has conseguido. ¿Listo? Ahora, para cada una de esas metas, escribe las razones por lo cual no has logrado lo propuesto. ¿Ya? Sigamos.

 

Antes de pasar a las respuestas quiero aclarar un punto, el cual es que reconozco y acepto que en muchas ocasiones hay circunstancias externas a nosotros a las cuáles prácticamente no podemos hacer frente y que pueden terminar impidiendo que avancemos en la forma que hubiésemos deseado. ¿Entendido? Una vez aclarado esto, sigamos.

 

Mira las razones que diste para no haber logrado lo que te habías propuesto. No sé cuáles puedan ser esas razones, a lo mejor son económicas, familiares, sociales, educativas, profesionales, de salud, etc. Sean las razones que sean te voy a pedir una cosa: cambia cada razón por una sola palabra, ¿sabes qué palabra es esa?, la palabra “yo”. Así es: “yo”.

 

Te recuerdo que ya aclaré y acepté que bien puede haber circunstancias ajenas a nosotros prácticamente insalvables, pero desde mi perspectiva la razón principal para no lograr o alcanzar algo siempre será uno. E incluso en esos casos en que hay esas causas más que justificadas que son insalvables es muy diferente hacerse uno responsable de todo a dejar parte a factores externo.

 

No sé si me explique, pero la idea de este ejercicio no es negar lo que externamente puede afectarnos sino cambiar nuestra forma de pensar para dejar de vernos como víctimas y dejar de justificar nuestras situaciones actuales en función de lo que nos ha pasado o de factores externos. Es ayudarnos a forjar carácter y crecer como personas haciéndonos responsables a nosotros y solo nosotros de nuestro destino.

 

¿Te fijas lo diferente del pensamiento? Vuelve al ejercicio inicial pero ahora viéndolo con los ojos de la respuesta “yo”. Sea lo que hayas puesto como objetivo no logrado y viendo la nueva causa de ello, que es “yo”, ¿cómo te sientes?, ¿cómo ves ahora las cosas?, más importante aún: ¿qué harás en adelante?

 

Hacernos responsable de nuestra vida es, contrariamente a lo que pudiera pensarse, una situación mucho menos cómoda que hacer a lo que nos pasa responsable de ella, ¿por qué?, pues porque ya no hay a quién culpar de lo que somos o tenemos sino que solo estamos nosotros ante ello por lo que forzosamente las decisiones y acciones quedan en nuestra mano.

 

Así es: es menos cómoda esa situación pero más satisfactoria porque te hace dueño de tu destino, de tus pasos, de tus logros. E incluso en los casos en que por reales y objetivos factores externos no puedas lograr algo, esta actitud te forja carácter para habilitarte para la siguiente lucha.

 

En el camino hacia nuestras metas, sueños y objetivos la responsabilidad de los pasos que damos es nuestra, igual cuando nos quedamos inmóvil, así que no olvides que la vida es tuya, te pertenece, es de tu propiedad, entonces ¿qué esperas?, ¡sal y reclámala!

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

 

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/iaRlBua63lY

 

 

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