Constantemente
hacemos referencia a ese caminar hacia nuestras metas, eso pudiera dar la
impresión de que así como hay un inicio hay un final, pero visto de otra forma
ese final no es más que un nuevo comenzar.
Si vemos cada meta
que logramos, cada objetivos que alcanzamos desde una perspectiva mayor, no hay
camino con final; podremos llegar a una meta, pero una vez ahí surge otra, otra
que en muchas ocasiones estuvo condicionada al logro de la primera, de esa
forma nuestro caminar no termina sino que cada vez nos lleva no solo más lejos,
sino más alto y hacia mejores estados de desarrollo.
Cada logro que
obtienes, cada meta que consigues, no es más que un paso en tu andar infinito,
un paso en el que el sentido de ese logro, de esa meta, la misma es de ayudarte para los cientos, miles, millones
de pasos subsecuentes que tienen que ver con tu andar por la vida.
Por eso me gusta
hacer una reflexión en mis talleres de desarrollo personal y que es preguntar
por una meta que cada quien tenga, para después de escucharlas preguntarles “y
después de esa meta, ¿qué?”. Esa pregunta evidencia que en muchas ocasiones
pensamos en una meta pero no la vemos como un paso más en nuestra vida siendo
que mientras estemos vivos cada paso que demos nunca podrá ser el último.
No quiero decir con
esto que en mente se deban tener todos los pasos que se darán en la vida, todas
las metas, una tras otra, que dependerán de la consecución de la previa, para
nada, lo único que estoy proponiendo es una mente abierta al cambio, al
dinamismo de la propia vida, donde demos por sentado que seguimos avanzando y
que ninguna meta, por loable, por excelsa, por superior que sea, puede
considerarse como el fin de nuestro andar.
Con
eso en mente quiero ahora que pienses en esto: cada meta te hace ascender a
nuevos espacios de visión que no hubieras podido contemplar antes. Imagínate como
en la escuela, el pasar de primero a segundo te permite entender más cosas,
pero a su vez el pasar de segundo tercero, y así hasta que desarrollas una visión
muy amplia y compleja de la vida. Igual las metas. Cada una te va habilitando
para primero vislumbrar otras metas que tal vez no habrías pensado, y segundo
para alcanzarlas.
Los
logros que obtienes no son más que una muestra del potencial que tienes, de la
capacidad que has desarrollado, pero no son el límite ni de lo que eres ni de
lo que puedes desarrollar, así que no olvides que la cima de la montaña te
permitirá descubrir más montañas que están esperando por ti.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/BfZjuq1gVCE
También puede descargarse gratis el libro “Tu Palabra es Verdad -365 citas y reflexiones- Tomo 4”, desde www.rocefi.com.mx (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)
No hay comentarios:
Publicar un comentario