viernes, 17 de agosto de 2018

Dice un dicho que el soñar no cuesta nada, y tiene razón, pero el no soñar cuesta todo



Sin duda alguna nuestra vida está hecha a base de sueños, sí, de sueños, pero de sueños que con nuestra acción volvemos realidad, en este sentido quien no tiene sueños, realmente no tiene una realidad que ir construyendo como parte de su proyecto de vida.

Cuando hablamos de lo que uno logra en esta vida, necesariamente tenemos que considerar que esos logros tuvieron un nacimiento incipiente cuando comenzaron a ser sueños en nuestro interior.

Las metas que devinieron de esos sueños y que posteriormente se trasformaron en objetivos, nos permitieron echar a andar la maquinaria de las acciones requeridas para alcanzarlos.

Si alguien ha logrado algo en esta vida, si alguien sigue luchando por alcanzarlo, detrás de eso siempre podremos encontrar un sueño, algo que en su mente y en su corazón bullía al grado de mover a alguien a caminar pasando de un estado de seguridad ante lo conocido a uno desconocido por sus resultados inciertos, desconocido pero excitante.

Si lo pensamos un poco, cualquier cosa que deseemos lograr en la vida es por la obvia razón de que no la tenemos, luego entonces implica avanzar hacia un estado futuro desconocido, desconocido desde el momento mismo que no tenemos lo que buscamos y de que las acciones para conseguirlos son nuevas para nosotros, además de desconocer el resultado final que lograremos obtener.

Con todo y todo, a pesar de esa incertidumbre, es un hecho que ese andar se vuelve excitante pues estamos yendo en pos de algo que bulle en nuestro interior por ser alcanzado.

Desafortunadamente hay quienes ante el camino incierto que ante sus ojos se abre al pensar en la consecución de un sueño, prefieren la seguridad, la tranquilidad de lo conocido negándose a salir de esa zona de confort y con ello renunciando al logro de su sueño.

De igual forma hay quienes sí comienzan a buscar su sueños, pero esos sueños que tangiblemente se relacionan con un mejor trabajo, con un mejor status, dejando de lado los sueños que si bien son satisfactorios personalmente hablando, se consideran no redituables económica o socialmente hablando.

Cada quien, desde el momento mismo de comenzar a vivir, tiene una cantidad limitada de tiempo para ello. En esa cantidad limitada de tiempo hay ciertas acciones que en función de los recursos y capacidades pueden ser emprendidas, de ahí que de manera sabia cada quien deberá decidir qué hará con eso que se le ha otorgado y salir a conquistar los sueños que hay en su interior, no sólo los rentables, sino también los satisfactorios.

Está medio complicado hablar de liderazgo, emprendedurismo y motivación cuando no se tiene algo que uno desee vehementemente lograr en esta vida, así que de vez en cuando será bueno observar lo que estamos haciendo en función de la voz interior que nos mueva lograrlo, después de todo dice un dicho que el soñar no cuesta nada, y tiene razón, pero el no soñar cuesta todo.



Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación • I+D+i • Consultoría
Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

Este artículo puede verse en video en  https://youtu.be/wB0eRMm1h_4


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