Muchas
veces hemos oído que en la vida siempre hay que ir hacia adelante, que nada ni
nadie debe hacer que retrocedamos, pero hay una situación donde el retroceder
es válido y no solo válido sino que incluso loable: cuando uno regresa por
quien se ha quedado atrás.
¿Recuerdas
cuando niño jugabas con tus amigos y al pegar la carrera te quedabas atrás?, ¿qué sentías, ¿qué les
decías? Gritarles que te esperaran era una reacción natural pues no querías
quedarte rezagado. Pues bien, cuando uno crece las cosas no cambian mucho.
Supongo
te habrá tocado en algún momento ser seguidor de algún líder, sea este líder en
el ámbito personal, laboral, intelectual o espiritual. Que sentimiento tan
avasallador cuando ves que todos van a trote por el camino que el líder ha
indicado y tú te vas quedando rezagado. De la misma forma que sentimiento de
ánimo y aliento cuando el líder, en vez de dejarte atrás, regresa para ayudarte
a avanzar.
Ser
líder implica una gran responsabilidad pues hay personas, tus seguidores,
quienes están atentas a tus indicaciones y quienes van en pos de la ruta
trazada. Luego entonces por responsabilidad ética y moral mínima, si quienes te
siguen han confiado en ti, lo menos que puedes hacer es ayudarlos en ese andar por
el que han optado en pos de lo que les has indicado.
Cierto
que puedes seguir avanzando con los que puedan seguirte el paso y dejar en el
camino a los rezagados, pero ¿quién quisiera seguir así a un líder para quien
lo importante es la meta y no las personas que creen en él?
Pero,
¿y qué pasa con los que sí llevan el paso?, ¿no es injusto para ellos el
detenerse un poco, aminorar la marcha, mientras el líder va en pos del rezagado?
En primer lugar, el que el líder aminore la marcha, se detenga o de plano
regrese por un seguidor rezagado no implica que todos los demás seguidores
deban de igual forma hacer lo mismo, ellos puede seguir avanzando, de hecho eso
es lo que se esperaría a menos que el líder no hubiese construido en ellos
liderazgo personal. Pero, en segundo lugar, aún y cuando el resto de los
seguidores sí tuvieran que aminorar, detener o regresar la marcha por el
seguidor rezagado eso no implica que pierden sino más bien que ganan en confianza,
humanidad, compasión, respeto, y empatía y no solo con el discurso sino con el
ejemplo del líder al hacer eso.
Ahora
bien, una cosa hay que tener muy clara y esa es la intención de quien se
rezaga. Si el líder regresa por el seguidor que ha quedado atrás y este tiene
toda la intención de seguir en la pelea, adelante. Pero si el rezagado lo hace
ya con un ánimo derrotista y en su fuero interno, de manera libre, ya no quiere
seguir en la lucha, incluso por más labor que haga el líder, el líder no está
obligado a detener toda la marcha por él y puede continuar junto con el resto
de sus seguidores.
En
nuestro andar por la vida, si es que en alguna ocasión estamos en una posición
de liderazgo, no hay que perder de vista que no vamos caminando solos sino que
de nosotros dependen otras personas y que por ellos uno puede regresar su
recorrido, después de todo Claro que un buen líder puede desandar su camino,
pero solo para regresar por aquel que ha perdido el paso
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/Ru1obT60sak
También puede descargarse gratis el poemario del
mismo autor "Perfectos son tus caminos” -50 poemas en la línea del
pensamiento cristiano-, desde www.rocefi.com.mx (Menú
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