El
liderazgo, el emprendedurismo y la motivación, desde mi punto de vista, tienen
una sola base la cual es dejar de buscar responsables para nuestra situación,
sea la que fuere, y comenzar a comprometernos al cien con nuestro proyecto de
vida.
Quero
comenzar este tema con una dinámica que hago en mis talleres y conferencias de
liderazgo, emprendedurismo y motivación: escribe o piensa en dos o tres cosas
que hubieses querido lograr y que a la fecha no lo has conseguido. ¿Listo?
Ahora, para cada una de esas metas, escribe las razones por lo cual no has
logrado lo propuesto. ¿Ya? Sigamos.
Antes
de pasar a las respuestas quiero aclarar un punto, el cual es que reconozco y
acepto que en muchas ocasiones hay circunstancias externas a nosotros a las
cuáles prácticamente no podemos hacer frente y que pueden terminar impidiendo
que avancemos en la forma que hubiésemos deseado. ¿Entendido? Una vez aclarado
esto, sigamos.
Mira
las razones que diste para no haber logrado lo que te habías propuesto. No sé
cuáles puedan ser esas razones, a lo mejor son económicas, familiares,
sociales, educativas, profesionales, de salud, etc. Sean las razones que sean
te voy a pedir una cosa: cambia cada razón por una sola palabra, ¿sabes qué
palabra es esa?, la palabra “yo”. Así es: “yo”.
Te
recuerdo que ya aclaré y acepté que bien puede haber circunstancias ajenas a
nosotros prácticamente insalvables, pero desde mi perspectiva la razón
principal para no lograr o alcanzar algo siempre será uno. E incluso en esos
casos en que hay esas causas más que justificadas que son insalvables es muy
diferente hacerse uno responsable de todo a dejar parte a factores externo.
No
sé si me explique, pero la idea de este ejercicio no es negar lo que
externamente puede afectarnos sino cambiar nuestra forma de pensar para dejar
de vernos como víctimas y dejar de justificar nuestras situaciones actuales en
función de lo que nos ha pasado o de factores externos. Es ayudarnos a forjar
carácter y crecer como personas haciéndonos responsables a nosotros y solo
nosotros de nuestro destino.
¿Te
fijas lo diferente del pensamiento? Vuelve al ejercicio inicial pero ahora
viéndolo con los ojos de la respuesta “yo”. Sea lo que hayas puesto como
objetivo no logrado y viendo la nueva causa de ello, que es “yo”, ¿cómo te
sientes?, ¿cómo ves ahora las cosas?, más importante aún: ¿qué harás en
adelante?
Hacernos
responsable de nuestra vida es, contrariamente a lo que pudiera pensarse, una
situación mucho menos cómoda que hacer a lo que nos pasa responsable de ella,
¿por qué?, pues porque ya no hay a quién culpar de lo que somos o tenemos sino
que solo estamos nosotros ante ello por lo que forzosamente las decisiones y
acciones quedan en nuestra mano.
Así
es: es menos cómoda esa situación pero más satisfactoria porque te hace dueño
de tu destino, de tus pasos, de tus logros. E incluso en los casos en que por
reales y objetivos factores externos no puedas lograr algo, esta actitud te
forja carácter para habilitarte para la siguiente lucha.
En
el camino hacia nuestras metas, sueños y objetivos la responsabilidad de los
pasos que damos es nuestra, igual cuando nos quedamos inmóvil, así que no
olvides que la vida es tuya, te pertenece, es de tu propiedad, entonces ¿qué
esperas?, ¡sal y reclámala!
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/iaRlBua63lY
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