La
inflexibilidad en la vida, aparte de que nos impide avanzar, nos hace la misma
vida más pesada, por el contrario la adaptabilidad es sin duda un rasgo requerido
para poder avanzar en la vida con mayor soltura y mayor ligereza y para esto
último se requiere saber que los problemas aunque no tengan solución no quiere
decir no tengan arreglo.
Solución
y arreglo, ¿qué no es lo mismo? -preguntarás. Casi, pero no. Solucionar es dar
una respuesta eficaz a un problema, duda o cuestión, también puede definirse
como el fin o resultado positivo de un proceso o acción. Arreglar por su parte
es hacer los cambios necesarios a una cosa que está estropeada, rota o en mal
estado para que deje de estarlo. ¿Te fijas como una solución tiene un carácter
definitivo mientras que un arreglo puede ser temporal? Ese es el quid de la
adaptabilidad.
En
la vida nos enfrentaremos a muchos problemas: obstáculos, retos, incluso
caídas. La tendencia de uno siempre será a resolverlos, es decir,
solucionarlos, pero siendo honestos hay situaciones que nos sobrepasan. Yo creo
que tú has de haber vivido ya algunas como para entender. Hay cosas que
simplemente están fuera de nuestro alcance como para solucionar, así, de forma
definitiva. ¿Qué hacer entonces? Arreglarlo.
Cuando
una situación, evento o circunstancia problemático, retador o complicado no
tenga una solución lo más sano física, mental y emocionalmente para uno será
buscarle un arreglo, algo que nos permita siquiera temporalmente abordarlo de
tal forma que nos permita seguir andando por la vida.
Veamos
un ejemplo mucho muy sencillo que visiblemente muestra la diferencia entre
solución y arreglo. Algo cotidiano. Imagínate comienza a llover y ves que una
gotera se asoma por el techo de tu casa. Primero una gota, luego al rato otra,
y al rato otra más. Ante esto, ¿cuál sería la solución? Obvio que
impermeabilizar la casa, ¿verdad?, pero bueno, está lloviendo y no puedes en
ese momento, entonces ¿qué haces?, ¿dejas que el piso se llene de agua por
culpa de la gotera mientras la lluvia dure? Quiero suponer que no, ¿entonces
qué haces? Un arreglo temporal: poner un recipiente donde caiga el agua de la
gotera para que no se llene el piso de agua en tanto la lluvia termina y tienes
luego tiempo de aplicar impermeabilizante. ¿Ves la diferencia entre solución y
arreglo?
Esta
es una lección de vida pues conozco mentes tan inflexibles que si algo no tiene
solución no avanza, se traman con el problema en vez de aplicarle un arreglo
para poder avanzar. El arreglo te permite que ante un problema sin solución no
te detengas y puedas seguir tu camino.
Ahora
bien, quiero dejar algo muy claro: tampoco se vale estar arreglando todas las
cosas en vez de solucionarlas, esto es como ir por la vida nomás parchando
nuestra existencia. Lo que tenga solución debe buscar solucionarse, pero lo que
no tenga solución uno debe tener la flexibilidad de adaptarse para buscar un
arreglo que nos permita continuar.
La
capacidad de vivir se amplía cuando dispones de mayores opciones, una es
solucionar las cosas, otra es arreglarlas, después de todo el que un problema
no tenga la solución que tú quieres no quiere decir que no tenga arreglo.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
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Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
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