La vida está llena de retos, obstáculos y dificultades, eso es un hecho, pero tal vez algo en lo que no has reparado es que desde el mismo momento en que decides enfrentar esos retos, obstáculos y dificultades ya has dado el paso más difícil.
¿Alguna
vez has iniciado una dieta o una rutina de ejercicio?, ¿sí?, dime, ¿cuál fue tu
día más difícil? Cuando hago esta pregunta generalmente me dicen que el primero,
ya que ese es el día donde rompes con la rutina que previamente traes para
iniciar esta nueva que implica esfuerzo, constancia, disciplina y pasión. Con todo
no creo sea ese el momento más difícil sino el previo al primer día: cuando tomaste
la decisión.
Casi siempre todo nuevo proyecto comenzamos a contarlo desde el primer día en que, como se dice, ponemos manos a la obra. Pero en realidad todo nuevo proyecto tiene una etapa previa, de gestación si podemos llamarla así, que es cuando nace en tu interior llevándote a ir en pos de él.
Esa
etapa previa al primer paso operativo de todo proyecto es el que considero la etapa
más difícil del mismo, por un lado porque es algo que apenas germina y tiene
todos los riesgos de trastocarse y ni siquiera venir a existir, pero por otro
ya que rompe con nuestros esquemas mentales llevándonos a la incertidumbre de
un nuevo caminar.
Por
eso es que sostengo que ese paso previo al primer paso es el más difícil, No primero que das en tu andar una vez que el
proyecto ha tomado forma en tu interior y lo sacas para llevar a cabo, si ese
período previo donde comienza a tomar precisamente esa forma en tu interior y a
mover, reacomodar, quitar y poner nuevas ideas, sentimientos y deseos dentro de
ti.
¿Ah
qué viene esta reflexión? A algo muy común, muy natural, incluso predecible, que
es ese momento, que tarde que temprano tendrás cuando inicias un nuevo proyecto,
de dejar todo, de desistir, de darte por vencido. Pensar que el momento más
difícil, más complicado, es decir, el previo al primer paso, ese del que venimos
hablando, ya sucedió y saliste avante, puede serte de mucha utilidad para ver
las cosas en perspectiva, tomarte un respiro, y sí, continuar en pos de lo que
te has planteado.
Así
que cuando llegue ese momento piensa, no en el primer paso que diste en tu andar,
si no en ese período previo donde se dieron todos los cambios necesarios que te
llevaron a iniciar ese caminar.
Cuando
en tu lucha diaria con los retos, obstáculos y dificultades que enfrentes tengas
la intención de desistir, piensa que lo peor, lo más difícil, lo más complicado
ya ha pasado, después de todo el primer paso es el más difícil, en parte por el
esfuerzo pero más por tu decisión de superarte a ti mismo.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/oauHcmZcQy0
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