En el mundo actual, en muchas ocasiones se valora a las
personas por lo que han logrado obtener. Si lo pensamos un poco esto no puede
ser un referente ya que lo obtenido pudo haber sido logrado por medios
cuestionables. Independientemente de ello, el referente de lo que una persona
realmente es, y por lo que reamente vale, será finalmente lo que diga y lo que
haga.
El tener se ha vuelto en la sociedad actual tanto el fin
último de todo lo que hacemos como el referente para valorar a las personas.
Así se le llama exitoso a aquel que ha logrado obtener muchas cosas: títulos,
autos, casas, dinero. Todo eso sin duda alguna refleja una gran capacidad de la
persona en cuestión, pero ¿podemos decir que la define?
Yo creo que todos podemos señalar algunos casos que
conozcamos de gente que, teniendo mucho, se ha descubierto que eso mucho lo ha
obtenido de maneras cuestionables, sea por medios ilícitos o si no ilícitos al
menos no éticos. Luego entonces no podemos decir, como pregona la frase
popular, “tanto tienes, tanto vales”.
Pensar así es dejar el aspecto existencial en un nivel
extremadamente básico y arriesgarnos a ser engañados, afectados, por aquellos
que poseyendo mucho los consideremos como unas grandes personas, en toda la
extensión de la palabra.
Si bien es un poco más difícil de manejar, pero más
exitoso que circunscribir lo que alguien es a la cuestión material, está la
cuestión de lo que alguien dice y de lo que alguien hace, siendo estos dos
elementos los que la evidencian en consecuencia en congruencia, capacidad y
carácter.
Mucho de lo que una persona es, sino es que la gran
mayoría, permanece imperceptible para nosotros: sus pensamientos, sus
emociones, etc. Tal vez lo único que podamos llegar a conocer de ella sea
precisamente lo que dice y lo que hace, y el primer filtro de esto es que
exista congruencia en ambos.
Congruencia es que los dichos avalen los actos, y que los
actos avalen los dichos. Hay quienes hablan muy bien, pero actúan muy mal;
también los hay quienes hablan muy mal, pero actúan relativamente bien. Ambos
aspectos muestran una incongruencia en la persona y, lo más importante, ambos
aspectos afectan a los demás, así es: no sólo el hacer, sino también el decir.
Si hay congruencia en el decir y en el hacer,
independientemente de los logros, podremos encontrar una capacidad en la
persona. Esto es muy importante ya que existiendo esa capacidad la misma puede
explotarse utilizando las circunstancias más favorables, para lograr lo que se
desea. El problema es que no exista capacidad, que no exista tampoco
congruencia, ya que entonces no tendremos nada que potenciar.
Por último puede haber congruencia pero una congruencia
mala, es decir, que lo que se diga y lo que se haga sea nocivo, negativo.
También puede haber capacidad ya que incluso los dichos y hechos nocivos pueden
lograr algo, y en ocasiones incluso mucho. Pero cuando hay congruencia buena,
cuando hay capacidad positiva, podemos decir que hay carácter.
El carácter es esa fuerza volitiva interna que ante dos
opciones, en este caso una buena y positiva y otra mala y nociva, opta por la
primera aunque sea más difícil, aunque no logre tanto, aunque implique incluso
perder, pues se tiene no solo una comprensión más amplia de lo que es la vida,
sino también un compromiso de ser mejor con uno, con los demás, con el mundo.
Congruencia, capacidad y carácter es lo que realmente
habla de lo que una persona es, después de todo lo que eres no se demuestra con
lo que tienes, sino con lo que dices y con lo que haces.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
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hicieres -Un camino de vida de la mano de las otras bienaventuranzas” , desde www.rocefi.com.mx (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)
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