Nuestra vida está llena de metas, sueños y objetivos,
algunos de mayor alcance, otros de menos, pero al final de cuentas todos exigen
de nosotros constancia, disciplina, esfuerzo y pasión, es por ello que la
elección de lo que queremos debe ser tomada con la seriedad debida.
¿Te has fijado como es que cuando uno va de compras se
pone a comparar no sólo el precio del producto sino también la calidad e
incluso los accesorios como la garantía o el servicio postventa? Y como no: uno
va a entregar su dinero por un bien o servicio, luego entonces lo que uno desea
es que ese bien o servicio reúna las características que satisfagan nuestra
expectativa.
Esto es lógico ya que ganar ese dinero nos ha costado. El
dinero representa ese esfuerzo que hemos realizado para conseguirlo. Es así
como no nos puede dedicar un poco de tiempo para analizar las opciones que
frente a nosotros tengamos para poder escoger la mejor y poder decir que
nuestro dinero ha sido correctamente usado.
Pues bien, el dinero como quiere viene y va. Si hiciste
una mala elección al comprar un producto puedes más delante tener dinero de
nuevo y comprar otro. Es más: incluso si llegas a perder dinero más delante
puedes de nuevo, con tu trabajo, poder recuperarlo, pero ¿y el tiempo?
En mis conferencias sobre liderazgo, emprendedurismo y
motivación siempre pregunto, como una forma de reflexión, que me digan si
conocen a alguien que venda tiempo, ya que necesito unas cuantas horas, para
pagarle y bien por ese producto. Obvio nadie levanta la mano.
Esa es la realidad: el tiempo se va y no vuelve. Si vemos
nuestra vida, es cierto que cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo que
pasa es un día, hora, minuto o segundo que hemos vivido, que ya es nuestro,
pero de la misma forma es un día, hora, minuto o segundo que se ha ido, que no
volverá y que no hay manera alguna de recuperarlo, de volver añadirlo a nuestra
vida.
Con esta reflexión quiero llevarte a ver cómo es que las
metas, sueños y objetivos que te plantees en nuestra vida demandarán, si: esfuerzo, constancia,
disciplina y pasión, pero sobre todo ello un recurso que no es renovable y que
es precisamente el tiempo. ¿A qué dedicarás ese recurso que se va y no vuelve?
Dado que en cuestión del tiempo que disponemos, cada
meta, sueño y objetivo al que le
dediquemos un día, una hora, un minuto o un segundo, ese mismo día, hora,
minuto y segundo no podrá ser destinado para otro sueño, meta u objetivo, por
lo tanto debemos decidir con conciencia, con seriedad y responsabilidad, el uso
que a ese recurso no renovable que tenemos daremos.
Un aspecto de las metas, sueños y objetivos que deseemos
es que éstos deben siempre estar en nuestra vida en orden de prioridad a efecto
de destinarles en ese sentido la constancia, disciplina, esfuerzo y pasión debidos,
así que elige con cuidado tus metas ya que después de todo pagaras con el
tiempo de tu vida por ellas.
Roberto
Celaya Figueroa, Sc.D.
Formación
• I+D+i • Consultoría
Desarrollo
Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor
Este
artículo puede verse en video en https://youtu.be/dPVRi-Ud5Tc
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hicieres -Un camino de vida de la mano de las otras bienaventuranzas” , desde www.rocefi.com.mx (Menú “Libros” Sección “e-book gratis”)