jueves, 7 de agosto de 2025

Lo bueno de caer es que sabes hasta donde caerás, lo bueno de volar es que límites nunca habrá


 Nuestro caminar por la vida está lleno de momentos azarosos donde la oscuridad parece nunca va a ceder y momentos luminosos donde nos damos cuenta del enorme potencial que tenemos, aprovechar ambos nos permite alcanzar nuestro destino en la vida.

 

Pensemos en alguien que le haya ido mal en un negocio, que haya, como se dice, perdido “hasta la camiseta”. Podemos en este caso llegar incluso a cuantificar su pérdida, pero aunque no fuera así al menos podemos ver cuál es el límite de la misma: lo que la persona poseía.

 

Pensemos ahora en alguien que le haya ido mal en una relación. En este caso de igual forma podemos cuantificar cuanto tiempo ésta persona “desperdicio” (por llamarlo en cierta forma) en la relación que se fue al traste y aunque no hiciéramos esa cuantificación, sí podemos saber que el tiempo de “perder el tiempo” terminó una vez que la relación finalizó.

 

Pudiéramos poner más ejemplos, pero quiero quedarme con esos y ahora verlos de otra forma. En el primer caso, supongamos que al contrario de lo que sucedió, a la persona en cuestión le hubiera ido excelentemente bien, ¿cuánto puede ganar alguien en un buen negocio? No lo sabemos, el negocio puede dar y dar por años e ir creciendo por lo que no sabemos hasta donde pueda dar.

 

Veamos el segundo ejemplo, si a esa persona le hubiera ido bien en la relación o bien si esa persona una vez concluida la relación que le fue mal iniciara otra y que ésta fuera excelente, ¿cuánto tiempo se beneficiaría de la misma? No lo sabemos, pueden ser años, lustros, décadas.

 

Lo que quiero que veas con estos ejemplos es que la vida nos da lecciones muy interesantes sobre la misma: las caídas, los errores, las pérdidas, siempre tienen un límite, un punto hasta donde pueden llegar; más sin embargo los triunfos, los logros, los aciertos, prácticamente no tienen un límite, puede seguir los beneficios que devengan de los mismos más allá incluso de lo que pudiéramos prever.

 

Esta reflexión sobre la vida es para retomarla en nuestro andar por la misma ya que una regla de la primera es que experimentaremos en la misma sombras y luces, es decir, momentos negativos (por llamarlos en cierta forma) y momentos positivos.

 

Los momentos negativos si bien a nadie le gustan hay que verlos en la perspectiva no solo de que no van a durar por siempre sino de que sus efectos en nosotros para dañarnos, quitarnos o hacernos menos es limitado; de la misma forma cuando tengamos momentos de gran triunfo o ideas de gran lucidez y claridad, debemos aprovechar para dar el impulso necesario en alcanzar nuestros sueños y nuestras metas en el pensamiento de que no hay límites para nuestro potencial.

 

La vida nos permite mediante la caídas entender nuestras limitaciones y ejercitar nuestra humildad, requisitos ambos para alcanzar nuestro potencial como seres de luz explotando los momentos favorables que se nos presenten, así que no lo olvides lo bueno de caer es que sabes hasta donde caerás, lo bueno de volar es que límites nunca habrá.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

                                                    

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/PPiIMJNj3kg

 

 

También del mismo autor: Curso internacional para el mundo de habla hispana  “¿Tu helado se derritió? -Construcción dinámica de liderazgo trascendental-”. Más información en: https://go.hotmart.com/B91847525Q

 

 


miércoles, 30 de julio de 2025

En la vida, los demás te podrán acompañar, pero eres tu quien debe caminar


 El ser humano es un ente social, desde que nacemos y hasta el final de nuestros días estamos rodeados por personas que interactúan con nosotros y que en muchos casos llegan a formar parte de nuestra vida, con todo y ello, la responsabilidad última de nuestro andar recae siempre en nosotros.

 

Es un hecho que a todos nos gusta estar acompañados. Este acompañamiento puede ser físico pero nuestra mayor necesidad es emocional e intelectual. Cuando decimos acompañamiento emocional e intelectual nos estamos refiriendo a esa necesidad de ser aceptados e incluso reconocidos en nuestros pensamientos y en nuestras emociones. De manera natural tenemos en nosotros esa necesidad de aceptación que nos impele a buscar en los demás una aprobación con nuestro actuar.

 

Esto es entendible ya que una manera en que la sociedad se protege y nos protege es precisamente validando o sancionando socialmente el actuar de cada uno de sus individuos. Ahora bien, aunque esto es entendible, hay que tener sumo cuidado en no supeditar a la opinión ajena nuestras decisiones como si la finalidad de las mismas fuera el conseguir esa aprobación que tanto se desea. La finalidad última de todo lo que somos y hacemos debe estar en función precisamente de nuestra plena realización.

 

Si lo anterior conlleva enfrentarnos al dilema de hacer lo que consideramos es lo mejor para nosotros o bien lo que los demás nos digan, en nosotros estará la decisión y sea la que sea no podremos adjudicarles a los demás la responsabilidad de la misma.

 

Pero también esta otro punto negativo para nuestro desarrollo donde no solo se espera la aprobación de lo que hacemos por parte de los demás sino incluso se espera que sean ellos los que nos digan que hacer y prácticamente decidan sobre nuestra vida.

 

Creo que todos debemos de conocer a alguna persona que siempre espera que sean otros los que con sus guías y consejos le señalen el camino que debe de seguir, esta actitud aún es peor que la anterior pues busca poner en otros las riendas de la vida de cada quien.

 

En ambos casos, sobre todo en este último, si bien es sumamente cómodo el traspasar la responsabilidad de las decisiones que se tomen a los demás, no deja también de ser trágico en el sentido que dejamos que otros decidan, que otros vivan nuestra vida, pero peor aún: en ocasiones ni siquiera llegan a buen puerto en cuanto las decisiones que se tomen.

 

Ojo, no estoy abogando por no considerar todas las voces que puedan darnos luz sobre alguna decisión, dice un dicho que dos cabezas piensan mejor que una y es verdad, claro que puede uno preguntar, inquirir, buscar consejo, pero también hay que tener claro que eso será simplemente para poder tener más elementos de decisión, pero la decisión siempre será nuestra.

 

No creo que alguno de nosotros permitiera que otra persona usara su cepillo de dientes, pues más importante que el cepillo de dientes es nuestra propia vida como para esperar que otros validen favorablemente todo lo que hacemos o peor aún sean ellos quienes tomen nuestras decisiones, después de todo en la vida, los demás te podrán acompañar, pero eres tu quien debe caminar.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

                                                    

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/PsUgu8vC_g4

 

 

También del mismo autor: Curso internacional para el mundo de habla hispana  “¿Tu helado se derritió? -Construcción dinámica de liderazgo trascendental-”. Más información en: https://go.hotmart.com/B91847525Q

 

 


miércoles, 23 de julio de 2025

En tu andar por la vida recuerda que mientras más cosas cargues más lento vas y más pronto te cansas


 Las relaciones interpersonales y de nosotros con el mundo van dejando huellas en nuestra persona, huellas que pueden servir para indicarnos un mejor caminar en la vida o para detenernos en observarlas.

 

Quiero iniciar con una reflexión que surge de una técnica que uso en mis talleres de liderazgo: piensa en algo o alguien (una conducta o una persona) que te caiga sumamente mal, algo o alguien que en realidad te desagrade. En tu mente piensa el por qué esa situación o esa persona te desagrada tratando de enfocarte en una sola cosa, por obvias razones que sea la más importante.

 

Una vez que has establecido la característica principal por la que un evento o un suceso te desagrada, ahora piensa en las razones abstractas del por qué te desagrada. Por ejemplo, a lo mejor alguien no te cae bien por mentiroso, pero esa es la característica que tú ves en la persona, un análisis abstracto implica que despersonalices y señales por que la mentira (así en abstracto) te cae mal.

 

Una vez que tengas esas razones “en abstracto” quiero que veas cómo es que las mismas tienen referente, de una u otra forma, con la experiencia misma que es tu vida. Esa experiencia puede ser en personal, es decir, que te haya pasado a ti, o bien de un tercero pero que conociste como para introyectarla en tu ser y desarrollar una opinión sobre la misma.

 

Lo que quiero que veas con este ejercicio es que mucho de lo que vemos del mundo, de los demás y de nosotros mismos no es una realidad objetiva sino una interpretación subjetiva que se ve influenciada por las diferentes experiencias que acumulamos en la vida.

 

Lo anterior no es del todo malo, una gran ventaja de la vida es precisamente que podemos aprender de nuestras experiencias y que es mejor esto cuando aprendemos de la experiencia ajena, pero de la misma forma esta interpretación del mundo, nosotros mismos y los demás basada en la experiencia puede condicionar nuestro actuar estancándonos en un pasado que a lo mejor no nos beneficia en nuestro andar.

 

Yo creo que todos conocemos personas que van por la vida cargando todo un bagaje de odios, corajes y rencores por X, Y o Z cosas que les han pasado, lo cual es entendible, pero lo que no es entendible es como en muchas ocasiones estas personas sabotean su presente y su futuro precisamente por ese pasado que han vivido.

 

Sé que la vida en muchas ocasiones no es fácil y que todos somos afectados por cosas buenas y cosas malas, pero también sé que es decisión de uno el permitir que lo que hemos vivido condicione nuestro presente y nuestro futuro.

 

Y precisamente para que eso dependa de nosotros debemos ser capaces de integrar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma, poner las cosas en justa perspectiva y decidir que deseamos hacer con la experiencia que hemos acumulado. No es fácil, pero tampoco imposible, ejemplos hay y de sobra así que si otros pudieron, tu ¿por qué no?

 

La vida que se nos da es tan efímera que si uno tuviera eso en mente cuidaría lo que llevaría a cuestas en ella, así que trata de no olvidar que en tu andar por la vida recuerda que mientras más cosas cargues más lento vas y más pronto te cansas.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

                                                    

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/-E4_6EONyL8

 

 

También del mismo autor: Curso internacional para el mundo de habla hispana  “¿Tu helado se derritió? -Construcción dinámica de liderazgo trascendental-”. Más información en: https://go.hotmart.com/B91847525Q

 

 


jueves, 17 de julio de 2025

Quien critica algo tiene la obligación de proponer, no una, sino al menos tres formas de mejorar lo que señala


 

Si bien todos tenemos derecho a expresar nuestras ideas y opiniones es la congruencia de nuestras acciones de manera consecuente lo que hará que se nos considere con la seriedad debida.

 

La frase “sobremesa de café para resolver el mundo” se refiere a esas charlas que todos hemos hecho en algún momento donde establecemos las formas en que deberían de ser las cosas, eso sí, como se dice: “desde la barrera”.

 

Yo creo que todos en algún momento dado nos hemos sentido inconformes con algún proceso o servicio público o privado que hemos recibido, o hemos visto formas de hacer las cosas que no nos han dejado satisfecho del todo; esta inconformidad bien encauzada (más allá de una crítica por sí misma y para sí), puede llevar a mejoras que repercutan en bien de todos. Para lograr lo anterior es necesario no solo decir de la manera más concreta lo que esperamos sino, más importante aún, las formas en que podemos lograr esto.

 

Me ha tocado ver en muchas ocasiones exigencias de resultados pero donde no se decía cómo y, peor aún, desconociendo los procesos y las limitaciones que los mismos tienen.

 

Si bien, como comenté al principio, uno puede decir lo que quiera, estas sugerencias van encauzadas a aquellos que desean de una forma u otra cimentar su liderazgo en más que palabras.

 

El líder, por su propia definición, va a la cabeza en todo proceso y es capaz de hacer que las cosas sucedan, pero para esto en muchas ocasiones debe, como coloquialmente se dice, remangarse y entrarle con todo al problema, lo cual implica dar sugerencias para mejora de todos.

 

Si bien lo anterior es lo deseable, en lo personal no es óptimo, en un nivel superior de exigencia el líder debe ser capaz no solo de ver una forma de mejora sino varias, ¿por qué esto? Pues por la simple y sencilla razón de que debe tener la capacidad de establecer diferentes alternativas para poder dar cauce a las mejoras que se buscan.

 

Si un líder es capaz de ver un problema y proponer una mejora pero esta mejora por X, Y o Z no es aplicable prácticamente deja sin posibilidad de avanzar en ello pues solo otorgó una única opción de mejora, pero si es capaz de proponer varias opciones surge entonces un área de negociación y cauces para desembocar en acuerdos concretos.

 

La capacidad de líder es visible cuando este deja el nivel de los señalamientos para llegar al de las propuestas y en este sentido el de la mejora, después de todo quien critica algo tiene la obligación de proponer, no una, sino al menos tres formas de mejorar lo que señala.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

                                                    

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/ZXMGBvd58n0

 

 

También del mismo autor: Curso internacional para el mundo de habla hispana  “¿Tu helado se derritió? -Construcción dinámica de liderazgo trascendental-”. Más información en: https://go.hotmart.com/B91847525Q

 

 


jueves, 10 de julio de 2025

Opiniones sin acciones son solo buenas intenciones


 Un principio de la física señala que a cada acción corresponde una reacción, este principio también es aplicable en nuestra vida cotidiana donde nuestras intenciones, por más nobles y elevadas que sean, requieren de nuestra acción para convertirse en algo tangible.

 

En una ocasión, en un receso en un taller que estaba dando, uno de los participantes señalaba que ciertos logros de ciertas personas en realidad no tenían mucho mérito pues eran cosas que cualquiera pudo en su momento haber hecho, y tenía razón, pero no veía la película completa, por lo que mi comentario fue ese, que tenía razón, pero que las personas que habían logrado esto o lo otros tenían una cosa que los diferenciaba de los demás: habían puesto acción a sus

ideas.

 

En muchas ocasiones podemos ver pequeños, medianos o grandes logros y preguntarnos ¿por qué no lo hice yo? La respuesta es como la que le di a esa persona que criticaba logros ajenos: porque para que algo se lleve a cabo tenemos nosotros mismos que realizarlo.

 

Cuando platico de esto me gusta ver desde otra óptica el proceso de realizar lo que deseamos, yo lo llamó la óptica creacionista. A diferencia de los animales que actúan por instinto, los humanos tenemos imaginación, creatividad y pensamiento que nos permite crear ideas en lo abstracto y después trabajar para hacerlas realidad. Este es un proceso netamente creacionista, usando con toda intención y connotación esa palabra, pues nos caracteriza con un potencial de convertir las intenciones en acciones y lo intangible en tangible.

 

Cada acto que realizas, por más cotidiano que te parezca, es un reflejo de ese enorme poder creador que tienes. Piensa en lo que sea, desde prepararte la comida hasta realizar un proyecto, todo en ello implica ideación y realización, y en medio de esto estamos nosotros como creadores.

 

Ahora bien, se entiende que hay de metas a metas y de sueños a sueños. Hay algunas metas y algunos sueños fáciles de hacer y lograr y algunos difíciles y complicados, pero la cuestión no está en lo fácil o difícil que puedan ser sino en la capacidad que tenemos de sobreponernos a los retos para hacer que nuestra voluntad salga avante. Incluso en aquellas empresas donde no logremos lo deseado, el solo hecho de dinamizar nuestra voluntad nos va habilitando cada vez más para mayores capacidades creadoras y en ese sentido nos va permitiendo ser cada vez más dueños de nosotros mismos y de nuestro destino.

 

Por último, no podemos dejar de mencionar la responsabilidad que existe cuando se expresan ideas de cómo deberían hacerse las cosas, ya que ello implica una responsabilidad para quien habla: demostrar sus acciones encaminadas a hacer lo que dice debería hacerse.

 

No estamos aquí solo para esperar que nuestros sueños y metas se hagan realidad o para decir cómo deben hacerse las cosas, estamos aquí para ser partícipes de los cambios que deseamos, después de todo: opiniones sin acciones son solo buenas intenciones.

 

 

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

                                                    

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/k1vJW54PV0U

 

 

También del mismo autor: Curso internacional para el mundo de habla hispana  “¿Tu helado se derritió? -Construcción dinámica de liderazgo trascendental-”. Más información en: https://go.hotmart.com/B91847525Q

 

 


jueves, 3 de julio de 2025

Un buen líder sabe que el logro de sus metas está en función de que sus seguidores logren las de ellos


 

Cuando hablamos de liderazgo, no me ha tocado conocer a una sola persona que no le gustara la idea de ser reconocido como líder de una u otra forma, pero generalmente porque esto implica que logra sus metas a través de sus seguidores cuando más bien se trata de logre sus metas en conjunto con ellos.

 

Empecemos con un ejercicio que realizo en mis talleres de liderazgo. Escribe algo

en lo que te gustaría ser reconocido como líder, así como cinco razones por las que te gustaría ser líder de lo que sea. No importa la cuestión en la cual desees ser reconocido como líder, lo que importan son las razones que plasmes para ello.

 

Cuando hago este ejercicio la mayoría de los participantes no tarda ni cinco minutos en escribir las razones por las que le gustaría ser reconocido como líder, principalmente porque todos tenemos en mente una serie de metas que nos gustaría alcanzar con la ayuda de los demás.

 

¿Listo?

 

Pues bien –y aquí viene la conclusión de ese ejercicio- : empezamos poniendo la carreta delante de los caballos, como coloquialmente se dice, ¿por qué? por que independientemente de las metas y objetivos que tú tengas, cuando hablamos de liderazgo, un buen líder primero indaga, conoce, entiende y hace suyas las metas y objetivos de sus seguidores para acomodar sus metas en ello, ¿por qué –de nuevo preguntarás-? Pues por la simple y sencilla razón de que la única forma que existe en que un líder tenga seguidores es que éstos últimos vean representado en aquel la esperanza de conquistar sus sueños.

 

Es así como con el liderazgo deviene una responsabilidad que recae sobre quien lo ostenta ya que bajo su guía muchos ponen las ilusiones, metas y objetivos que tienen. De ahí que el líder sea capaz de aglutinar esas diferentes –y en ocasiones divergentes- ilusiones, metas y objetivos para darles cohesión, dirección, y logro. Retomemos el mismo ejercicio del inicio pero ahora de otra forma. Como ya sabemos ese algo en lo que te gustaría ser reconocido como líder ahora te pido escribas cinco razones que tengan que ver con los demás, con tus seguidores, por las que te gustaría ser ese líder. Obvio que ahora es una elucubración en el aire pues necesitaríamos conocer a nuestros seguidores para ver qué es lo que desean, pero como la mayoría tenemos una idea de eso en lo que nos gustaría ser reconocidos como líderes el ejercicio intelectual es válido.

 

Por último quiero que compares los dos ejercicios, tanto lo que tú escribiste para ti mismo al inicio como lo que escribiste para los demás en la segunda parte del ejercicio. Generalmente el resultado de esta comparación es la afinidad salvable que existe entre ambos resultados. Afinidad salvable quiere decir que lo que buscas tu y lo que buscan tus seguidores no está en contraposición ni mucho menos son excluyentes por lo que, como líder puedes trabajar para amalgamar los diferentes intereses tanto tuyos como los demás en un concepto coherente que sustente tu liderazgo.

 

Estar a la cabeza implica que no solo sabes a dónde vas sino por qué y que lo que buscas no solo es para ti sino también para los demás, después de todo un buen líder sabe que el logro de sus metas está en función de que sus seguidores logren las de ellos.

 

 

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

                                                    

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/ChWonwAXS74

 

 

También del mismo autor: Curso internacional para el mundo de habla hispana  “¿Tu helado se derritió? -Construcción dinámica de liderazgo trascendental-”. Más información en: https://go.hotmart.com/B91847525Q

 

 


jueves, 26 de junio de 2025

Detener tu andar no mantiene la distancia entre tú y tus sueños sino que la incrementa


 En muchas ocasiones usamos la imagen del andar o el caminar para referirnos a nuestro paso por esta vida, pero contrariamente al andar o caminar real, si nos detenemos en la vida no solo no avanzamos, sino que curiosamente retrocedemos.

 

En otras ocasiones he comentado la necesidad de detener nuestro andar por la vida cuando nos sentimos cansados con la finalidad de retomarlo una vez recuperadas nuestras fuerzas, esta sugerencia reconoce el hecho de que como personas nos cansamos y que lo más saludable física, emocional, intelectual e incluso espiritualmente hablando es recuperarnos para retomar nuestro paso.

 

Eso, que es algo eminentemente práctico, no implica el detenernos definitivamente en nuestro camino a nuestras metas, sueños y objetivos; tampoco implica el diferir el seguir nuestro andar aún y cuando nuestras fuerzas se hayan recuperado solo por desidia o comodidad; implica recobrar las energías para seguir luchando por ellos.

 

Cuando hablo de esto me gusta hacer una comparación entre lo que es la vida física y lo que es nuestra vida personal, una comparación que muestra cuán diferente es una cosa de la otra. Identifica dos puntos A y B distantes entre sí geográficamente, imagina ahora que partes del A al B y que avanzas lo que quieras pero en un punto intermedio te detienes; suponiendo que sabes la distancia que te separa desde donde te detuviste y hasta el punto B, imagina te mantienes ahí por el tiempo, el que quieras, te pregunto ¿si pasa un día la distancia será mayor? ¿y qué tal si pasa un mes, un año o diez años? Obvio que la distancia entre dos puntos en el mundo físico no se incrementa por el tiempo que transcurra.

 

Ahora veamos otro ejemplo. Supón que quieres mejorar tu nivel de dominio de un idioma y comienzas a estudiarlo con mucho ímpetu, pero a los años, ya que has alcanzado cierto nivel dejas el estudio y la práctica, ¿qué pasaría con tu conocimiento del idioma si pasan uno, dos, tres, cinco o diez años? Es lógico suponer que perderías mucho de lo aprendido, pero en caso extremo ¿pudieras llegar al mismo punto en que comenzaste o a un punto inferior a este?

 

Yo sostengo que podrías llegar a un punto inferior, ¿cómo es esto? Sencillo: el idioma sigue avanzando, hay nuevos modismos que se incorporan como parte de la cultura por lo que al paso del tiempo no solo habrás perdido lo logrado sino que

será más lo que desconozcas.

 

Eso mismo podemos decir de otros aspectos de la vida tanto en su forma profesional, social, cultural, política, religiosa y demás: todo sigue avanzando, la sociedad y la vida misma se mueven, así que en el caso de la vida, a diferencia que en el mundo físico, el detenerte incrementa la brecha entre tu persona y lo que deseas.

 

¿Nunca lo habías pensado así? Yo conozco mucha gente que cree que puede dejar lo que quiere y que de la misma forma cuando quiera puede retomar su lucha por ello como si las cosas se quedaran estáticas en los puntos donde las dejó, esperando solo a que sean retomadas para continuar de la misma forma que antes.

 

La vida no es una película que uno puede detener y que puede retomar donde se quedó en el momento que uno lo desee. El creer eso hace que en muchas ocasiones nos encontremos personas que se quejan de que la vida “se les fue” sin saber cómo y, lo que es peor aún, sin lograr (o al menos intentar lograr) lo que querían.

 

No creas que el dejar de trabajar por lo que queremos dejará las cosas estáticas para cuando quieras retomar la lucha, como dice una frase “el martes no le pide permiso al lunes para llegar”, más bien ten en mente que detener tu andar no mantiene la distancia entre tú y tus sueños sino que la incrementa.

 

 

Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.

Formación • I+D+i • Consultoría

Desarrollo Empresarial - Gestión Universitaria - Liderazgo Emprendedor

www.rocefi.com.mx

                                                    

 

Este artículo puede verse en video en https://youtu.be/afqrcNAwmw4

 

 

También del mismo autor: Curso internacional para el mundo de habla hispana  “¿Tu helado se derritió? -Construcción dinámica de liderazgo trascendental-”. Más información en: https://go.hotmart.com/B91847525Q